Cómo hablar con los adolescentes y cómo entenderlos si eres mujer

Elcida Álvarez Carril
Psicóloga
Cuba

 

 

 

 

Resumen  – En este artículo se abordan las necesidades, creencias y opiniones de las mujeres que realizan proyectos con adolescentes. Se describe la forma cómo se relacionan con este grupo etario y el tipo de formación que necesitan. Punto de partida son las mujeres gestoras comunitarias. 



Las mujeres son una parte importante de toda comunidad. En algunos países, como por ejemplo en Cuba, suelen contar con una muy buena educación a la vez que ocupan claras posiciones de poder. En Cuba, el 58% de las personas que se gradúan de nivel superior y el 47% de los técnicos medios son mujeres (Censo 2012). En ciertos sectores se opina que las mujeres se encuentran sobrerrepresentadas. Si tan solo consideramos el sector de la educación, podemos apreciar que el 81,9% de las personas contratadas son mujeres. También en el sector de la salud la situación es similar: el 78,5% de la fuerza laborar en este campo son mujeres, al igual que el 61,5% de los médicos (Granma, 2014).

Encontrándose estas profesiones muy cercanas a las comunidades así como a la infancia y adolescencia, estas profesionales tienen una gran influencia en estos grupos etarios en sus localidades.

Para entender los mecanismos y las necesidades de la comunidad se requiere capacitación. Dentro del marco de un reciente proyecto se capacitó a 74 personas a fin de desarrollar sus habilidades.

Las necesidades en cuanto a conocimientos que fueron identificadas se referían a las características típicas de la adolescencia, a la problemática de las familias con adolescentes, a la adolescencia en la escuela y la comunidad, a los límites y al ejercicio de autoridad, a la sexualidad en la adolescencia y a los problemas de salud más frecuentes. Para comprender más cabalmente los problemas que afrontan los/las adolescentes en la sociedad actual, las participantes se comenzaron por un proceso de introspección. A través de la reflexión y ejercicios de psicodrama procesaron su propia adolescencia. Igualmente abordaron abiertamente los conflictos, a veces profundos, que se plantean entre la  identidad como mujer y como profesional, y las complicadas relaciones entre una madre y su hijo/hija. Se plantearon a veces situaciones de abierta contradicción con el hecho de que algunas mujeres aspiren a transformarse en madres abnegadas y sacrificadas, o se espere de ellas ese comportamiento. En este contexto a ellas se les obstaculiza disponer de un espacio personal, lo que acaba por abrumarlas con exigencias excesivas, negándoles posibilidades concretas de satisfacción y produciendo en ellas un sentimiento de frustración.

Cómo vemos a los adolescentes

Por una parte, observamos una postura hipercrítica en la que se describe a la adolescencia como una etapa con problemas: “Estos adolescentes son un desastre, no han recibido suficiente educación”. Por la otra, se responsabiliza a los adultos de estos comportamientos. Los adultos deben estar atentos a las inquietudes de los jóvenes y orientarlos: “Los padres tienen que preocuparse y ocuparse. No saben qué están haciendo sus hijos”. “Es nuestro error, no el del adolescente. Lo que más influye es el hogar”.

Existen también otras opiniones, en las cuales se puede apreciar un cambio en la postura de los adultos frente a la adolescencia, como por ejemplo cuando se dice: “Los tiempos han cambiado; hemos pasado del autoritarismo al paternalismo”. “Pensaba que hoy en día había más libertad en las relaciones padres-hijos y, sin embargo, existe mucha incomunicación y se asigna mayor importancia a la entrega de cosas materiales a los hijos”.

Otro aspecto interesante se refiere a la comparación generacional: “Éramos distintos, la moda era más convencional”. “La situación ha cambiado y ahora todo es visto como normal, que un hombre ande con otro hombre, una mujer con otra mujer, todo está permitido y por tanto se acabaron los límites”.

Como sucede con la mayoría de las nociones preconcebidas, también éstas dicen más sobre los adultos que sobre los jóvenes. La postura resultante influye en la manera en que los adultos ven a los adolescentes y actúan frente a ellos. Si el ser joven es un problema relacionado con la actitud, los adultos tratarán de “arreglarlo”.

Es así como te veo y es así como actúo

Los paradigmas centrados en los adultos no solo se manifiestan en las opiniones, las creencias y los sentimientos de las gestoras, sino que también se reflejan en la manera en que actúan y en las metodologías que emplean. En éstas, al ser reguladas e institucionalizadas, predominan formas centralizadas de hacer las cosas. Como resultado final se obtienen programas rígidos que no fomentan la verdadera participación de los jóvenes.

 

 

 

 

Taller con gestoras comunitarias en el Museo Postal Cubano.

 

 

 

 

 

Numerosos fenómenos de la vida diaria, como el crecimiento y lo que ocurre durante este proceso, no son realmente abordados por la educación. Quienes trabajan con jóvenes no se sienten capacitados para tratar el tema de la adolescencia. Esto genera inseguridad y temor al momento de coordinar las iniciativas que se llevarán a cabo en la comunidad. El resultado suele ser un enfoque verticalista acompañado de un ejercicio del poder que tiende al asistencialismo, “corrigiendo” y controlando a los adolescentes, y que dista mucho de las iniciativas transformadoras.
Por eso las actividades formativas son tan importantes. Contribuyen a desarrollar una conciencia crítica de estas limitaciones. O, como lo expresó una participante: “Para trabajar con niños, niñas y adolescentes es necesario profundizar en aspectos metodológicos, pedagógicos y en
herramientas facilitadoras”.

Esta es la manera de hacerlo

Tomando como punto de partida esta situación más bien desalentadora, surgió una pregunta: Si las mujeres que ocupan un lugar predominante en los espacios comunitarios mantienen relaciones autoritarias y verticalistas centradas en los adultos, que se manifiestan a través de sus criterios y métodos de trabajo con los/las adolescentes, y son ellas también multiplicadoras de estos paradigmas en la sociedad, entonces ¿cómo iniciar una transformación en las gestoras comunitarias que se traduzca en una real participación en los ámbitos en que trabajan?

La respuesta podría consistir en una estrategia formativa1 sobre la adolescencia con gestoras/es comunitarias/os2. En el contexto de esta estrategia se construyen saberes colectivos. La estrategia se fundamenta en la suposición que estas/os especialistas tienen un bagaje de conocimientos, experiencias anteriores y referentes personales que contribuyen al imaginario grupal e individual.

El núcleo de esta tarea formativa es el empoderamiento de la gente joven propiciando su participación. Ello en la práctica implica que sean consultados, que hagan propuestas y creen nuevos proyectos. De esta manera los/las jóvenes son sujetos del cambio social y cultural. Solo de esta manera podremos cuestionar los paradigmas en los gestores y las gestoras de la comunidad, en su quehacer y en sus relaciones con los/las adolescentes.

La propuesta comenzó con un grupo de gestores/as de un museo postal siguiendo la metodología de investigación-acción participativa. Se indagaron sus necesidades de conocimientos y se desarrolló un curso en el que se trabajaron los siguientes temas:

  • Las contradicciones del trabajo con adolescentes
  • Procesos de participación, cooperación, creatividad y conciencia crítica
  • Métodos y técnicas del trabajo con adolescentes en espacios socio-culturales
  • Evaluación

 

Ello evolucionó hacia una “estrategia lúdica para un encuentro entre los/las adolescentes y el sector postal”. El enfoque se basa en el juego, y las actividades incluyen: visita al correo, entrevista al cartero, historia postal y filatélica. La finalidad de este ejercicio fue que los/las gestores/as promovieran la participación de los/las jóvenes haciendo las cosas de manera distinta.

De la estrategia al proyecto

El éxito de la estrategia condujo a la realización del proyecto “Infancia, adolescencia y actividad postal”. Se implementa a nivel nacional y al principio consistió en encuentros con un grupo de gestoras y gestores en las oficinas postales que trabajaban con adolescentes de diferentes espacios socio-culturales, dígase museos, escuelas, Palacio de Pioneros.

En el primer encuentro, celebrado en marzo de 2013, se realizó un diagnóstico de necesidades. El segundo encuentro de diciembre sirvió para ocuparse de las temáticas relacionadas con las metodologías de trabajo y propuestas concretas de acción.

Se sugirió la creación de un curso a distancia denominado “Un acercamiento a la adolescencia”. Todas las experiencias adquiridas en el contexto del proyecto serán recopiladas y publicadas en un libro.

En definitiva, se trata de una propuesta orientada al cambio. Si queremos que la gente joven de hoy asuma una postura transformadora, los adultos deben variar sus posiciones verticalistas y centradas en los adultos y propiciar la participación real. Ello solo es posible mediante la superación de paradigmas que han predominado durante siglos y que por lo tanto son difíciles de modificar, pero que hoy son un reto para nuestras sociedades.

 


Notas

1 / Conjunto de acciones viables, definidas por un grupo, a desarrollar en un espacio y tiempo concreto y que responden a sus necesidades. Su éxito dependerá del grado de calidad del desarrollo que evidencie ese plan del/de la gestor/a comunitario/a. Los ejes del autodesarrollo están centrados en el desarrollo de la conciencia crítica, la creatividad, participación, cooperación y el proyecto.

2 / El/la gestor/a comunitario/a puede: 1) diseñar y poner en práctica acciones de cambio; tiene la capacidad de identificar los problemas sociales de los diferentes grupos que componen su contexto, pero también la sensibilidad para develar contradicciones que permitan la transformación a favor del desarrollo social emancipatorio y del afianzamiento de los valores socioculturales más genuinos de la comunidad y del proyecto social. 2) es co-partícipe en la gestación de procesos que potencien a la comunidad como sujeto de sus transformaciones; en este sentido ni la reemplaza ni la asiste, sino que la empodera para que descubra sus fortalezas y despliegue su potencial creativo a favor de una vida mejor.

Referencias

Oficina Nacional de Estadística e Información (2013): Censo Nacional de Población y Vivienda del 2012. Cuba.

Speech by José Machado Ventura (March 8, 2014): Periódico Granma, lunes 10/3/14, Pág. 4.

 


 

Sobre la autora

Elcida Lina Álvarez Carril es Licenciada en Psicología, Máster en Intervención Comunitaria y Diplomada en Desarrollo Humano Local. Coordinó el proyecto Por una Adolescencia Feliz con la cooperación de UNICEF. Ha impartido cursos sobre Desarrollo Comunitario, Metodología de la Investigación y Psicología en Educación para Adultos y coordina el proyecto Infancia, adolescencia y actividad postal.

Contacto
San Julio # 262 e/ Santa Emilia Y Zapotes

Reparto Santos Suarez

Municipio Diez de Octubre
La Habana, Cuba

elcidaalvarez53@gmail.com

 

Educación de Adultos y Desarrollo

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